En el mundo jurídico, los documentos no solo son herramientas de comunicación: también son medios probatorios fundamentales. En Colombia, el Código General del Proceso establece una clasificación esencial para entender su valor legal: los documentos públicos y documentos privados. Conocer esta diferencia puede marcar la diferencia al momento de probar un derecho o defenderse judicialmente.
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De acuerdo con el artículo 243 del Código General del Proceso, un documento público es aquel otorgado o autorizado por un funcionario público en ejercicio de sus funciones o por particulares en ejercicio de funciones públicas, como las notariales. También se consideran públicos los documentos emanados de autoridades extranjeras debidamente apostillados o legalizados.
Escrituras públicas notariales
Sentencias o resoluciones judiciales
Actas de registro civil (nacimiento, matrimonio, defunción)
Certificados expedidos por entidades del Estado
Estos documentos gozan de presunción de veracidad y autenticidad, es decir, se entienden ciertos mientras no se demuestre lo contrario a través de tacha de falsedad.
Son aquellos que no han sido autorizados por una autoridad pública, sino que son elaborados directamente por particulares. Su validez jurídica no depende del funcionario que lo expide, sino del contenido, la firma y la manifestación de voluntad de quien lo suscribe.
Contratos de arrendamiento entre particulares
Pagarés o letras de cambio firmadas entre personas
Recibos de dinero manuscritos
Acuerdos de conciliación extrajudicial entre partes
El documento privado se presume autentico cuando existe certeza sobre la persona que lo elaboró o suscribió y mientras no sea objetado por falsedad.
Documentos públicos: basta su presentación para que sean considerados válidos.
Documentos privados: deben ser reconocidos expresamente por la contraparte, o no haber sido tachados de falsos dentro de los plazos procesales. También pueden autenticarse ante notario para fortalecer su valor probatorio.
La falsificación de documentos, sean públicos o privados, constituye un delito contemplado en el Código Penal Colombiano (arts. 286 a 289). La sanción varía según se trate de un documento público (que implica mayor gravedad) o privado, y puede incluir penas de prisión y multas.
Seguridad jurídica: Permite a los jueces y partes saber qué documentos tienen mayor fuerza legal.
Facilita procesos judiciales: Saber si se necesita una autenticación o no, puede evitar nulidades o rechazos de pruebas.
Evita fraudes: Entender el valor legal de un documento te protege de actuaciones de mala fe.
Saber distinguir entre un documento público y uno privado es esencial en cualquier gestión legal, ya sea para celebrar un contrato, demostrar un hecho en juicio, o resguardar tus derechos frente a terceros. Si tienes dudas sobre la legalidad o valor probatorio de un documento, no dudes en consultar con un abogado.
Recuerda que el presente artículo contiene temas de carácter general y no constituye asesoría legal. Si requieres mayor orientación para resolver una situación jurídica de tipo procesal y necesitas un abogado experto en el asunto, aquí podemos conectarte con profesionales del derecho confiables, con gran experiencia y bajo tarifas justas. Contáctanos a través de nuestro formulario virtual.