Cuando compramos un producto esperamos que este funcione correctamente durante todo el tiempo de vida útil. Desafortunadamente, en algunas ocasiones, las cosas no suceden así y éste presenta fallas por problemas de fábrica o no es lo suficientemente resistente. Entra ahí a jugar la figura llamada garantía. En este artículo te explicaremos todo acerca de esta.
La garantía de productos es un derecho de los consumidores, consagrado en la ley 1480 de 2011, la cual a su vez la define como una “Obligación temporal, solidaria a cargo del productor y el proveedor, de responder por el buen estado del producto y la conformidad del mismo con las condiciones de idoneidad, calidad y seguridad legalmente exigibles o las ofrecidas”.
La norma contempla la garantía suplementaria y la garantía legal.
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Es aquella que es extra a la legal y la amplía o la mejora, ya sea de forma gratuita u onerosa. Puede ser ofrecida por el proveedor o vendedor o por terceros especializados.
Es la obligación que reside en el estatuto del consumidor, a cargo del proveedor y productor de responder por la calidad y la idoneidad del producto.
Sí. En esta clase de relaciones la garantía está dada, no por el resultado, sino por las condiciones de calidad en la prestación del servicio, según las condiciones establecidas en normas de carácter obligatorio, en las ofrecidas o en las ordinarias y habituales del mercado.
El término es el indicado por la autoridad competente y en caso de que no haya pronunciamiento, será el que dé el proveedor o el consumidor. El término empieza a correr desde la entrega del producto.
Si no hay una indicación del término, entonces se entenderá por un año para productos nuevos y si son productos perecederos hasta la fecha de vencimiento.
Para los bienes inmuebles la garantía legal comprende la estabilidad de la obra por diez (10) años, y para los acabados un (1) año.
En estos casos podrán ser vendidos sin garantía, siempre y cuando se le avise esta característica al comprador.
Las garantías legales tienen el siguiente cubrimiento:
Sí. En los casos de fuerza mayor, caso fortuito, hecho de un tercero, mal uso por parte del consumidor o no haber seguido las instrucciones de instalación, la garantía podrá ser negada.
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