La muerte de un ser humano es fácilmente comprobable, pero existen algunas circunstancias que ocasionan que esta no pueda ser demostrada a pesar de existir indicios. En un país que ha tenido un contexto de violencia como el nuestro, la muerte presunta fue en algún momento uno de los trámites más comunes.
A pesar de que el uso de esta figura ha disminuido en los últimos años, queremos contarte un poco de este tema para que sepas de qué se trata y cómo funciona.
La muerte presunta es un trámite que se adelanta ante un juez para que este declare que, después de una ausencia prolongada, una persona ha muerto, sin existir el cuerpo. La finalidad principal de esta presunción de muerte es producir los mismo efectos que la muerte real en cuanto a sucesiones y extinción de obligaciones entre otras.
De acuerdo al artículo 97 del Código Civil, únicamente puede darse por muerta a una persona después de haberse presentado las siguientes condiciones.
Los efectos de la presunción de muerte son los mismos que la muerte real.
Después de la declaratoria de presunción de muerte, se empieza el proceso de sucesión por causa de muerte y solo serán herederos los que tenían el carácter de tales antes del día declarado como de la muerte.
En este caso se puede revocar la sentencia que declara la muerte, y deberán devolverse los bienes al desaparecido.
En el caso de que existan hipotecas, enajenaciones y otros derechos reales sobre los bienes, estas serán válidas, pues los terceros (personas que los tienen) se presumen de buena fe.
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